martes, 28 de octubre de 2008

23. Les malalties són cares

El tratamiento de la diabetes tipo 2, cada vez más caro y complejo

  • El coste de las terapias se ha duplicado entre 2001 y 2007

MADRID.- Enfrentarse a la diabetes es cada vez más caro y complejo, según los resultados de una investigación estadounidense. Este trabajo, cuyos resultados se publican en el último número de la revista 'Archives of Internal Medicine' muestra que el coste anual de las terapias para tratar la enfermedad metabólica se ha duplicado en los últimos años (concretamente entre 2001 y 2007, se pasó de 6,7 a 12,5 billones de dólares –unos 10.000 millones de euros-).

¿Cuáles son las causas de este incremento? Los investigadores lo tienen claro: el creciente número de pacientes diagnosticados, la combinación de distintas terapias y el giro hacia nuevas medicinas más caras que sus predecesoras están detrás del cambio.

Con el propósito de analizar las tendencias recientes en el tratamiento de la diabetes y el coste global del cuidado de la enfermedad, este equipo de investigadores, dirigidos por Caleb Alexander, profesor de Medicina en la Universidad de Chicago (EEUU), examinó, a través de dos bases de datos, las medicaciones que se habían prescrito entre 1994 y 2007 a todos los estadounidenses con diabetes tipo 2 mayores de 35 años.

Los resultados de su análisis pusieron de manifiesto un cambio sustancial en la complejidad (hay más pacientes, más terapias disponibles y más posibilidades de combinación) y, sobre todo, el coste de los tratamientos farmacológicos para la diabetes en ese periodo.

"Aunque el incremento de los costes puede atribuirse en parte a la existencia de más pacientes con diabetes y al uso de más medicamentos por individuos, lo que más contribuye a ese aumento es el uso de fármacos más nuevos y más caros", aclaran en su trabajo los investigadores, quienes dudan de que estos fármacos sean más efectivos que sus predecesores.

"Aunque muchas de estas nuevas terapias han hecho que los tratamientos sean más prácticos y podrían haber reducido el riesgo de complicaciones, son necesarios más trabajos que evalúen sus beneficios a largo plazo", señalan los autores.

¿Más efectivos?

Según sus datos, nuevas terapias como las glitazonas (thiazolidinedionas), la exenatida y sitagliptina se indican hasta 10 veces más que fármacos tradicionales como la metformina o las sulfonilureas.

"[Pero] faltan análisis que demuestren que estos tratamientos mucho más caros proporcionan mejores resultados", remarcan.

"Nuestros hallazgos sugieren que es importante producir nuevos datos comparativos [sobre la efectividad de los distintos fármacos] y utilizar esta información en guías que contribuyan a reducir los costes, maximizar el control glucémico y minimizar la mortalidad y las complicaciones asociadas a la diabetes", concluyen.

Expertos españoles consultados por elmundo.es coinciden en señalar que, aunque tal vez en menor medida, en nuestro país también se han introducido en gran medida nuevos tratamientos, como las glitazonas.

Según explican, la farmacovigilancia y la realización de estudios es fundamental en casos de difusión rápida de nuevas terapias, ya que permite evaluar la eficacia encontrar posibles efectos adversos que no se habían revelado en las condiciones controladas de los ensayos clínicos.

domingo, 26 de octubre de 2008

22. I la dels nens

Viernes, 24-10-08
R. A.
CÓRDOBA. La diabetes azota a la infancia. El aumento entre los niños de esta patología (siempre de diabetes tipo 1) incurable es un fenómeno que trae de cabeza a los pediatras, que desde hace una década han visto cómo aumentan de un modo más que notable los afectados por la enfermedad. El pediatra del Hospital Reina Sofía Joaquín Gómez Vázquez, responsable de su Unidad de Diabetología Infantil, es claro: «La incidencia de la diabetes es cada vez mayor, sobre todo los menores de cinco años».
Los datos de actividad de la consulta que coordina Gómez Vázquez son elocuentes, ya que prevé cerrar este año con el diagnóstico de entre 40 y 42 nuevos enfermos con menos de catorce años, cuando en 2007 trató a 30 nuevos diabéticos de ese mismo perfil de edad. El alza registrado en doce meses roza el cuarenta por ciento. En la actualidad, la Unidad de Diabetología Infantil atiende a unos 300 diabéticos.
19 de cada 100.000 menores
En Córdoba, 19,3 de cada 100.000 menores de cinco años sufren diabetes, en función de los datos epidemiológicos recabados en los últimos diez años. La frecuencia de la enfermedad es mayor conforme se escala en edad. Así, entre cinco y diez años la incidencia es de 27,1 pacientes por cada 100.000 personas, y entre 10 y 14 años de 31 por cada 100.000 individuos.
Pero, ¿cuáles son las causas de la tendencia a que cada vez haya más niños diabéticos, sobre todo en los que aún no han cumplido los cinco años? La respuesta es desasosegante. «No lo sabemos: los especialistas estamos analizándolo desde que detectamos el repunte», confiesa el doctor Joaquín Gómez Vázquez. Con la misma sinceridad se expresó a comienzos de esta semana la directora de la Unidad de Diabetes Pediátrica del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. «Hay indicios que nos hacen pensar que posiblemente haya factores que intervengan en la vida intrauterina, aunque más precisión no podemos tener», señaló en la presentación del Día Mundial de esta patología, que se celebrará el próximo 14 de noviembre y que en esta edición se centrará en niños y en adolescentes.
La especialista del centro sanitario madrileño también apuntó, pero a modo de hipótesis, a que «los factores ambientales cada vez más agresivos» sean determinantes para el desarrollo de esta dolencia entre los pacientes de menos edad.
Lo único cierto es que la frecuencia con la que un padre o una madre llegan a una consulta de un pediatra preocupados porque su hijo ha comenzado a orinarse en la cama es mayor de temporada en temporada. «Las vías para el diagnóstico de la diabetes infantil son, básicamente, tres», explica el médico del Reina Sofía Joaquín Gómez.
La primera es la visita al especialista porque el menor orina más de lo habitual y también se excede en la ingestión de alimentos y en la de líquidos. La segunda es que se detecte la enfermedad casualmente cuando al paciente se le practica una prueba con otro objetivo médico.
La tercera manera de diagnóstico es más preocupante, al menos inicialmente. «En no pocas ocasiones los síntomas de la diabetes pasan desapercibidos para el entorno del niño, de forma que cuando éstos son extremos el menor entra directamente en coma», indica el pediatra del complejo sanitario cordobés. Esta situación se da en el 35 por ciento de los casos de diabetes infantil, pero por fortuna la recuperación del menor suele ser favorable. «Los niños suelen salir del coma sin dificultad y, cuando dejan la UCI se les trata la enfermedad», añade el doctor.
De otro lado, hay que destacar que Andalucía es la comunidad autónoma en la que se registra más diabetes infantil, que ha crecido un 3,4 por ciento en menores de cinco años en el último lustro. En España, unos 30.000 niños y adolescentes que aún no han cumplido los 15 años padecen esta dolencia. Cada doce meses se registran en todo el territorio nacional 1.100 nuevos casos.

viernes, 24 de octubre de 2008

21. Es dispara la diabetis de l'embaràs

Los casos de diabetes en el embarazo han aumentado debido a la obesidad juvenil

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MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los casos de diabetes en el embarazo han aumentado en los últimos años debido a la obesidad juvenil, llegando a afectar aL 8,6 por ciento de las mujeres gestantes, según informó hoy el jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario La Paz, el doctor Luis Felipe Pallardo.

Este experto, que ha participado en la elaboración del libro 'Diabetes y Embarazo', explicó que el problema de la diabetes y el embarazo hay que abordarlo médicamente ya que, de no ser controlado, tiene consecuencias para la madre y para el bebé.

"Aunque la madre no tiene ningún síntoma, en estos casos los niños pueden pesar más de los normal al nacer, hay mayor frecuencia de cesáreas, y un discreto aumento de malformaciones congénitas que, no obstante, dependerán también del nivel de gravedad de la diabetes", advirtió. Además, los hijos son proclives a desarrollar diabetes y/u obesidad en la adolescencia o vida adulta y las madres tienen un alto riesgo de padecer diabetes a largo plazo.

La diabetes gestante solo puede ser detectada a través de una prueba que se realiza de manera sistemática y rutinaria en todas las mujeres embarazadas durante el segundo trimestre y a través de una sobrecarga oral de glucosa.

"En algunos casos se descubre que la mujer ya era diabética antes del embarazo pero que, de no realizarse la prueba, la enfermedad hubiera pasado desapercibida; y, en la mayor parte, se trata de mujeres que sólo padecen la diabetes durante el embarazo (diabetes gestante)", señaló en declaraciones a Europa Press.

En el caso de las mujeres que sufren diabetes gestante sólo un 15 por ciento desarrollará después una diabetes leve o una pequeña alteración. El resto, tras el embarazo, no sufrirá ninguna alteración, lo cual no quiere decir que en unos años no puedan desarrollar la enfermedad.

MÁS PROBABILIDAD DE SUFRIR DAÑOS MÁS TARDE

De hecho, según aseguro este experto, "pasados los años tienen más probabilidad de desarrollar de manera definitiva una alteración diabética que una mujer que no ha tenido diabetes gestacional".

En cuanto al aumento de la diabetes, el condicionante básico es la obesidad, que cada vez afecta a una edad más temprana y, por tanto, a un mayor número de mujeres en edad de ser madres. "Si una mujer de por si es obesa y se queda embarazada tiene posibilidades de sufrir diabetes, ya que el embarazo es un empujón más añadido a la enfermedad".

Por tanto, a su juicio, la única herramienta útil contra la diabetes gestante es "luchar contra la obesidad". Para ello recomendó una buena alimentación antes y después del embarazo, que ayude a la madre a mantener su peso, y, por otra parte, revisiones constantes con los especialistas.

"Sólo con el codo a codo del diabetólogo y obstetra en el control de la paciente diabética gestante y con la correspondiente asistencia neonatológica al final del embarazo estaremos proporcionando una óptima asistencia a estas mujeres", afirmó.

LIBRO 'DIABETES Y EMBARAZO

Este experto, junto con otros especialistas en Endocrinología y Obstetricia del mismo centro hospitalario son los coordinadores del nuevo tratado médico, editado con el apoyo de Laboratorios Lilly, que supone una contribución a la enseñanza de la diabetes gestacional, una de las causas más frecuentes de alteraciones médicas durante el embarazo.

Durante 27 capítulos, el manual recoge ampliamente todos los aspectos relacionados con el diagnóstico, el control metabólico y obstétrico de la gestante diabética, así como el seguimiento posparto de la madre e hijo.

"Tras las ediciones de 1984 y 1999, este nuevo tratado ofrece amplias novedades y profundiza en aspectos de especial interés hoy en día en el cuidado de la gestante diabética como son, entre otros, la detección de diabetes gestacional, las malformaciones congénitas, el uso de "bombas de infusión de insulina" o la evolución metabólica posparto", explicó.

jueves, 23 de octubre de 2008

20. Llistes d'espera paradoxals

La metgessa em va encarregar aquest juliol passat un fons d'ulls. És una prova destinada a determinar si, arran de la diabetis diagnosticada a principis d'estiu, he desenvolupat o no una retinopatia diabètica. I si és el cas, en quin grau la podria tenir. La retinopatia és una de les pitjors complicacions que pot tenir una diabetis. És allò que de vegades sentíem a les nostres mares, o a les nostres àvies, en el sentit que els que tenien "sucre" (gran forma d'al·ludir a la diabetis) es podien quedar cecs.

Les nostres mares i àvies no tenien coneixements estadístics, però la clavaven bastant. Avui en dia, al món occidental la retinopatia diabètica és la principal causa de ceguesa entre els 30 i els 64 anys, el segment central d'edat de la vida o el que en diríem vida laboral. El 25% dels diabètics tenim una forma o altra de retinopatia i, com a norma general, un diabètic té 25 vegades més probabilitats de quedar-se cec que una persona no diabètica. Són xifres per pensar, evidentment. Per no fer-ho llarg jo explicant els detalls de la cosa, recomano visitar aquest enllaç. Comprovareu que la simple exposició objectiva ja fa la suficient por.

Però si volia escriure aquesta entrada és per cantar una mica la canya sobre la dilatada llista d'espera que hi ha per fer-se un fons d'ulls. La meva metgessa de capçalera va sol·licitar la prova el 17 de juliol passat i em van donar hora pel 24 de novembre. Són més de cinc mesos d'espera per a una prova que ha diagnosticar si tens o no una afecció especialment greu. És un temps excessiu de totes totes, però encara més si tenim en compte que la retinopatia diabètica pot controlar-se de forma eficaç si no està molt desenvolupada i sobretot considerant que, en el millor dels casos, no hi ha marxa enrera i que allò que haguem perdut ja no es pot recuperar.

No seria de rigor, doncs, tramitar aquestes visites per la màxima urgència?

A banda la falta de mitjans i personal, que és l'excusa universal per tot, tinc la sensació que el sistema sanitari té una actitud psicològica una mica equivocada amb les malalties cròniques, com és el cas de la diabetis: com que són per a tota la vida, no ve d'una setmana. Si no és el cas, no tinc inconvenient a retirar el comentari. Però crec preocupant el conjunt de la qüestió.

Aquesta llista d'espera de cinc mesos em resulta especialment sagnant quan la comparo amb els quinze dies que ha esperat la meva filla petita per graduar-se la vista. La criatura s'ha hagut de posar ulleres: era de preveure, ja que a casa en portem tots, inclosa la criatura gran. I escolteu, em sembla bé que la reacció del sistema hagi estat ràpida. La miopia progressiva, consistent en un creixement molt ràpid de la miopia coincidint amb l'adolescència, és fotuda. Jo la vaig patir i sé el que és trobar-te que en menys d'un any guanyis prop de 8 diòptries. Per tant, no puc estar més d'acord en la rapidesa de la reacció.

Però comptant que la diabetis és potencial causa de ceguesa, no seria d'esperar una reacció com a mínim igual de ràpida? La resposta del sistema sanitari ja la sé: la graduació de la vista no la fa un oftamòleg, sinó un professional diferent, un optimetrista. És veritat, i sóc capaç d'adonar-me que graduar la vista és una operació més simple i ràpida. I que, en conseqüència, hi ha més hores disponibles i menys espera. Però que l'argument sigui correcte no vol dir que sigui satisfactori.

Potser els usuaris de la sanitat estem tan acostumats al funcionament ordinari del sistema, en el qual no és infreqüent que l'hora de visita per a una afecció lleu te la donin per quan ja s'ha curat sola, que ja no ens escandalitzem per res. És tan normal esperar... Però què volen que els digui. Jo no estic especialment neguitós esperant la visita del 24 de novembre, però com és normal no les tindré totes fins que no em diguin que tinc els ulls més sans que un all. És un patiment afegit del tot gratuït i innecessari. I com a tal, per poc que sigui ja és més que suficient.

miércoles, 22 de octubre de 2008

19. Una diabetis controlada

He estat al metge. Era una visita "pels resultats". Ja se sap, et fan anàlisis i al cap d'uns dies has de tornar-hi perquè t'expliquin com ha anat la cosa, et valorin la situació i prenguin, si és necessari, algun determini sobre el tractament. He sortit de la consulta al·lucinant en colors i dolby-stereo. Les anàlisis m'han sortit de conya. Qualsevol profà pensaria que sóc l'encarnació de la salut. Però no, simplement és que tinc la diabetis controlada. Molt ben controlada, tot i que encara em frego els ulls.

El cas és que la glucèmia i tots els altres factors que em vigilaven, com el colesterol, han sortit dins dels paràmetres que es consideren normals. És més, com que avui en dia et donen un full de resultats en què apareixen els valors "recomanables", els que tens tu i la variació que has experimentat des de les anteriors anàlisis, és fàcil comprovar els progressos (o el retrocés, és clar). I la veritat, encara ara em costa de creure l'evolució que ha tingut la cosa.

Que el colesterol t'hagi baixat a pràcticament la meitat o la glucosa en més d'un 40%, té un component intrínsec de mala notícia, perquè vol dir que abans ho tenies fatal. Però és clar, no pots deixar d'alegrar-te quan les coses es van posant a lloc.

La metgessa m'ha volgut frenar una eufòria que, de totes formes, no sentia, recordant-me que no he deixat de ser diabètic, sinó que tinc una diabetis controlada. És clar, jo ja ho entenia així, però suposo que els metges se les heuen amb un repertori humà tan divers que han d'usar arguments del tot genèrics per fer-se entendre. Aprofito per dir que si els metges paressin una mica d'atenció als pacients que atenen, si més no als que som habituals, no per gust sinó per força major, s'adonarien no tant del nivell cultural com de la capacitat d'entendre les coses de cadascú, i així no ens sentiríem tractats tan sovint com si fóssim rucs.

Tampoc vull esguerrar el que se suposa que és un dia d'alegria amb una diatriba contra el sistema sanitari, però les coses també són com són. M'han vingut al cap unes paraules de la Susanna Ferreres, una companya del grup d'exalumnes del col·legi tortosí de la Mercè, que va fer un comentari molt il·lustratiu i molt certer: "Realment és un canvi total dels hàbits, però molt beneficiós; també ficaràs a ratlla altres aspectes de salut i realment milloraràs molt en molt poquet".

Justa la fusta. En pocs mesos he passat a tenir una diabetis controlada i a controlar també els problemes de colesterol i de tensió arterial que jo ja tenia de mena, però que s'agreujaven amb la diabetis, que té tendència a descompensar-te molt el cos.

Certament, estic sotmés a un tractament farmacològic, segueixo una dieta i faig exercici. Però també és veritat que el tractament és el "mínim", que hi ha dies que la dieta costa molt de seguir i que tampoc he començat a córrer maratons. Tanmateix, si amb un esforç relativament reduït s'aconsegueixen aquests resultats, és que el problema és fàcil de dominar. Ep, no té solució i això cal assumir-ho. Tota la vida caldrà fer alguna cosa per controlar el problema. Però hi ha una gran diferència entre trobar-se bé i estar malament. I en termes d'eficiència (és a dir, resultat en relació a l'esforç) la cosa no pot ser millor.

Una altra cosa és que tot plegat a mi no em doni una trompada en carn viva, pel temps perdut quan el sistema sanitari no va lligar caps sobre els diferents motius de malestar que em feien anar al metge. Se suposa que ara hauria d'estar relativament satisfet de com van les coses, però sempre em queda aquest desencís. Potser si el diagnòstic hagués estat més matiner, ara, per exemple, no patiria per un fons d'ulls que m'he de fer el mes vinent, per comprovar si he desenvolupat o no una retinopatia diabètica. És veritat que aquesta afecció, de les més greus en què pot derivar una diabetis, pot aturar-se en sec amb un tractament relativament senzill, però no té marxa enrera: allò que haguem perdut ja no pot recuperar-se.

Ja veieu: en aquesta mena de lluites de llarg recorregut no és que les alegries comparteixin territori amb les preocupacions, és que cada notícia positiva porta implícita, si més no en el meu cas, una recança o una reflexió negativa.