lunes, 8 de septiembre de 2008

11. Atenció a la retinopatia diabètica

La diabetis pot comportar una colla de complicacions greus. Com hem dit anteriorment altres vegades aquí mateix, una diabetis ben portada, i sobretot detectada a temps, permet evitar en gran mesura els mals majors. No obstant, la malaltia sempre deixa alguna emprempta. Sembla inevitable, pel que diu la informació que avui ha publicat la premsa de Xile (reprodueixo aquí la de "La Segunda"; cliqueu aquí per anar a la pàgina original). Però perquè l'emprempta sigui el més petita possible no hi ha res com agafar-ho, si no a temps, sí el més aviat possible.

Desprès de la meva experiència personal sobre tenir diabetis sense saber-ho, no pot alarmar-me més llegir que, a més, algunes formes de retinopatia diabètica no tenen símptomes. Un titular com "El silencioso ataque de la retinopatía diabética" pot semblar humorístic, ja que ens recorda fàcilment el títol d'alguna pel·lícula de ciència ficció de sèrie B. Però faríem bé de no prendre'ns a broma una qüestió tan seriosa.




El silencioso ataque de la Retinopatía diabética: la principal causa de ceguera en diabéticos

La enfermedad, que compromete la retina y de no ser tratada a tiempo puede provocar ceguera, afecta a un 26,78% de la población diabética nacional. Después de 20 años de diabetes, casi el 99% de los pacientes tipo 1 y el 60% de los tipo 2 tendrán algún grado de retinopatía diabética.
Manchas en el campo visual, dolor y presión en los ojos y visión borrosa, son los principales síntomas de la retinopatía diabética, una de las enfermedades visuales más comunes derivadas de la diabetes y que de no ser tratada a tiempo puede ocasionar ceguera. “Estos síntomas, lamentablemente sólo lo sienten la minoría de los afectados. En la mayoría de los casos la retinopatía diabética es asintomático, por esta razón, cuando llegan los pacientes ya es demasiado tarde y no es mucho lo que se puede hacer”, explica el doctor Sergio Morales, presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología Lamentablemente la gran mayoría de los casos

Dicha afección compromete a la retina, órgano responsable de nuestra visión y de acuerdo a un estudio de la Universidad de Chile, afecta a un 26.78 por ciento de la población diabética nacional.

La diabetes se presenta cuando la glucosa que tenemos en la sangre no se introduce en las células para ser utilizada, por lo que se empieza a acumular. Los órganos dañados más frecuentemente por esta enfermedad son los riñones, el corazón, el cerebro y la retina. Es aquí donde esta patología se relaciona con nuestra visión. La retinopatía diabética se caracteriza porque se filtra líquido fuera de los vasos sanguíneos de la retina, lo que provoca que nuestros ojos se inflamen y así comprometan nuestra visión. Se divide en cuatro etapas, de las cuales dos son las más graves: la retinopatía diabética no proliferativa severa y retinopatía diabética proliferativa.

“La primera se presenta cuando los vasos que corren por la retina se bloquean, haciendo que ésta deje de recibir sangre. Es por eso que se crean nuevos vasos para que pase la sangre y como éstos son muy débiles se hinchan y nublan nuestra visión haciendo que el paciente vea imágenes borrosas y con poco enfoque (lo que se denomina retinopatía diabética proliferativa”, explica el doctor Morales.

Es por eso que los pacientes diabéticos deben controlarse constantemente para mantener sus niveles de azúcar en la sangre lo más normales posibles y chequearse tanto la presión arterial como la de sus ojos, por lo menos una vez al año. Cabe destacar que los fumadores deben dejar el cigarro lo antes posible, pues uno de los factores por los cuales sube la presión es precisamente fumar.

Tratamiento

Si bien el tratamiento no revierte el daño ocasionado en la retina, evita que la enfermedad empeore. Las técnicas más utilizadas son la fotocoagulación focal y la panfotocoagulación, las cuales consisten en disparos láser en el ojo afectado. Éstos se distribuyen en forma homogénea cubriendo toda la zona de la retina y deben aplicarse en un plazo máximo de tres meses.

Finalmente, es importante mencionar que los grupos de riesgo que pueden desarrollar la retinopatía diabética son aquellos que se encuentran en los grupos 1 y 2 de diabetes, es decir, los insulino y no insulinodependientes.

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